Memoria de Supervisión

El Banco de España advierte de que el alza del precio del crédito está lejos de su final

La subida de la inflación y la política restrictiva del Banco Central Europeo (BCE) incidirá en las condiciones de la concesión. Esto provocará tanto la exclusión de los clientes menos solventes como la caída de los volúmenes.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en la Comisión de Presupuestos del Senado
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en la Comisión de Presupuestos del Senado
EDUARDO PARRA

Tanto la incertidumbre actual que está viviendo el sistema financiero como el deterioro económico pasarán factura al crédito. Según la Memoria de Supervisión del Banco de España, publicada este martes, se producirá un endurecimiento de las condiciones de financiación y cierta contracción del crédito como consecuencia de esta situación, pero también se verá un impacto por la subida del euríbor.

Para empezar, porque como recordaba Mercedes Olona, directora general del Supervisión, durante su la presentación de la memoria "la mora repuntará previsiblemente", por lo que pidió a las entidades financieras una actitud prudente. En ese sentido, hay que tener en cuenta que los deudores hipotecados que revisen sus créditos con el dato de marzo tendrán que hacer frente a un incremento notable de sus cuotas, ya que la diferencia entre el euríbor, el índice al que se referencian la mayoría de las hipotecas, de hace un año y el actual actual es de casi 390 puntos básicos.

Olona recuerda que el efecto de apreciación del crédito tiene una duración de 12 a 18 meses, por lo que todavía están pendientes de ver sus efectos en las próximas revisiones. Así, aunque el organismo regulador reconoce que deterioro del entorno macroeconómico no se ha reflejado aún en los indicadores de calidad crediticia, cuya ratio de dudosos cayó ligeramente en 2022. Para el Banco de España esto se debe, en parte por las ventas de carteras, principalmente en España. 

En relación al impacto del euríbor en los créditos, hay que tener en cuenta que los hipotecados que revisen ahora se pueden enfrentar a la mayor subida de las cuotas hipotecarias, ya que puede suponer hasta una diferencia de 300 euros mensuales, y casi 3.600 euros al año, para un préstamo de 150.000 euros a 25 años y un diferencial sobre el euríbor del 0,99%.

En relación a la morosidad, el Banco de España admite que la posibilidad de un incremento en un futuro próximo de los préstamos que incurran en impagos es creciente, en la medida en que la capacidad de abono de los hipotecados pueda ir deteriorándose por los efectos negativos del entorno macroeconómico actual. También desde el BdE recuerdan que influye que, superadas las restricciones sanitarias, se hayan ido retirando las medidas de apoyo público, quedando únicamente los préstamos ICO con un plazo de devolución de diez años.

Endurecimiento de la financiación

El proceso inflacionista y de subida de tipos podría conllevar a medio plazo, de acuerdo con la Memoria de Supervisión, una reducción de la capacidad financiera de hogares y de empresas y esto traería consigo un endurecimiento del acceso a la financiación y una contracción del ritmo de concesión de préstamos.

En relación con la inflación, como recordó Olona durante la presentación del documento, la alta inflación está obligando al Banco Central Europeo (BCE) a subir el precio del dinero, que ya se encuentra en el nivel del 3,5%. Sin embargo, de no mantener la inflación bajo control, el organismo que dirige Christine Lagarde se vería obligada a llevar a cabo nuevas acciones en ese sentido.

Esto, que implicaría un crédito también más costoso, más la subida de los precios, provocaría la merma de la capacidad adquisitiva de las familias al tener menor renta disponible. Como consecuencia habrá clientes bancarios que no puedan acceder al crédito a estos precios, explicó Olona. 

Paralelamente, esta subida también genera que la demanda solvente sea menor también. Para paliar esta situación, los organismos supervisores pondrán especial atención a la gestión del riesgo de crédito, poniendo en especial atención a la identificación de deficiencias en la concesión, así como en el seguimiento, la clasificación contable, pero también en la política de coberturas.

Esta caída del crédito se empezó ya a notar a principios de año, ya que, según las estadísticas del Banco de España, el saldo vivo de las nuevas operaciones para adquirir una vivienda se situó en los 4.102 millones de euros, registrando el nivel más bajo de los últimos doce meses. 

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