Cae un 0,3% en agosto

El Banco de Inglaterra para la sangría de la libra... pero su PIB bordea la recesión

La libra recupera el nivel de 1,10 dólares, después de haber marcado mínimos de septiembre el martes (en 1,09 unidades) ante el rumor de que Andrew Bailey podría extender el programa de compra de bonos.

London (United Kingdom), 30/08/2022.- Union flags flutter near the Houses of Parliament in London, Britain, 30 August 2022. Liz Truss and Rishi Sunak are the final two candidates in the race to be next Conservative Party leader and UK Prime Minister. The ballot among party members will close at 17:00 BST on 02 September with the winner due to be announced on 05 September. (Reino Unido, Londres) EFE/EPA/NEIL HALL
El Banco de Inglaterra para la sangría de la libra... pero su PIB bordea la recesión.
EFE/EPA/NEIL HALL

La libra esterlina recupera algo del terreno perdido en la jornada posterior a la tercera intervención de urgencia del Banco de Inglaterra (BoE) en el mercado de bonos. Esta acción ha servido para cortar la sangría de la divisa británica, pero sigue sin alejar las dudas sobre la delicada situación por la que atraviesa la quinta economía mundial por tamaño. El emisor británico ha descartado ampliar ese programa más allá del próximo viernes, sin embargo el diario 'Financial Times' cita este miércoles a tres fuentes distintas que confirmarían la intención de su gobernador, Andrew Bailey, de extenderlo más allá "si las condiciones del mercado así lo exigen". Los datos macroeconómicos no acompañan y muestran una nueva contracción de la economía británica en agosto (ya lo hizo un 0,1% entre abril y junio) que coloca a Reino Unido al borde de la recesión.

La economía británica retrocedió un 0,3% en agosto lastrada por el sector industrial, tras haberse estancado en julio con un leve avance del 0,1%. El dato, que ha publicado este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, en inglés), es peor de lo previsto y revela que la caída de las manufacturas -del 1,6% en el octavo mes del año- fue el principal motivo del retroceso general en un 1,8% de la producción, que ya venía de descender un 1,1 % en julio.

Los servicios cayeron un 0,1% en agosto (después de avanzar un 0,3% en julio), mientras que la construcción avanzó al 0,4%, tres décimas más que el mes previo. El ministro de Economía, el conservador Kwasi Kwarteng, ha anunciado que su plan de crecimiento, que detallará el próximo 31 de octubre, "abordará los desafíos" con "reformas ambiciosas y recortes de impuestos, que harán crecer la economía, crearán más empleos cualificados bien remunerados y que eso mejorará el nivel de vida". El Fondo Monetario internacional, que revisó el martes a la baja sus perspectivas para las principales economías del planeta, calcula que la economía del Reino Unido se estancará el año que viene con un leve avance del 0,3% -sortearía, eso sí, una contracción de la que no se librarán Alemania o Italia-.

Pese a estos nubarrones, la posibilidad de que el BoE pueda ampliar su bazuca ha permitido a la libra recuperar el nivel de 1,10 dólares, después de haber marcado mínimos de septiembre en las últimas horas (en 1,09 unidades). El martes, el propio Bailey dio un ultimátum a los gestores de fondos de pensiones en problemas por la crisis de los bonos británicos (gilts) para que reequilibren sus posiciones antes del viernes, que es cuando concluye el programa de compras de emergencia de bonos que la entidad inició el pasado 28 de septiembre. 

Lo hizo tras haber aumentado en tres ocasiones ese bazuca de emergencia para calmar a los mercados. En última instancia anunció que comprará hasta 5.000 millones de libras de bonos vinculados a la inflación hasta que concluya esta semana con el objetivo de mantener la estabilidad y restaurar el correcto funcionamiento del mercado de bonos soberanos. "El Banco de Inglaterra y el Gobierno se han combinado sin proponérselo para colocarse a sí mismos, a la economía británica y, lo que es más dramático, a los mercados financieros del Reino Unido en una posición peligrosa e incierta", apunta James Athey, Investment Director de la gestora escocesa abrdn. Athey sostiene además que, si bien puede debatirse la conveniencia a medio plazo de proporcionar un apoyo fiscal significativo a la economía británica, hacerlo en una coyuntura "de tanta volatilidad en los mercados y con la inflación todavía en alza, parece obviamente desaconsejable".

La tormenta estalló el pasado 23 de septiembre, cuando el Ministerio de Economía anunció un programa de rebajas fiscales de 45.000 millones de libras (alrededor de 51.071,85 millones de euros al cambio actual) financiado íntegramente con deuda. Solo unos días antes, el Banco de Inglaterra había elevado los tipos de interés del país en 50 puntos básicos hasta el 2,25% y había anunciado una reducción de balance que, de hecho, tuvo que suspender antes de ponerla en marcha ante la reacción de los inversores. La primera ministra británica, Liz Truss, se vio obligada a dar marcha atrás en su plan de recortar los impuestos a los ricos sólo 10 días después de anunciarlo, con el objetivo de parar además la rebelión de los diputados parlamentarios de su partido, el Conservador. Toda esta situación ha disparado los costes de financiación para su Tesoro, elevando el interés de su bono a 10 años por encima del 4,53%. 

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