Freno en la creación de empleo

Las bajas a fin de mes y la apuesta por los temporales empañan el balance de Díaz

La reforma laboral acordada con los agentes sociales en 2021 ha conseguido reducir la proporción de contratos con duración determinada que han pasado a estar penalizados, pero estos suponen el 60% de las nuevas firmas. 

Yolanda Díaz
Las bajas a fin de mes y la apuesta por los temporales empañan el balance de Díaz. 
EUROPA PRESS

La reforma laboral de 2021 estuvo guiada por un objetivo: reducir la temporalidad. Esta acostumbraba a ser la lacra del mercado laboral español, al que la estacionalidad y el vuelco económico al sector turístico marcaban el paso. Los contratos precarios, de duración determinada y con una remuneración ajustada cogieron peso como la figura idónea para dar respuesta a esta coyuntura, pero hace casi dos años los actores implicados acordaron apostar por los contratos fijos con el fin de acabar con la inseguridad laboral que este modelo trasladaba a los trabajadores. Y en términos contractuales, el éxito de la norma parece claro, la tasa de temporalidad en el sector privado se ha reducido y es homologable a la de otras economías europeas,  sin embargo, la ley de Yolanda Díaz no ha conseguido despejar todas las sombras de la rotación laboral. 

En el mes de agosto se firmaron 669.904 contratos de carácter temporal, son 107.000 menos que los cerrados en el mismo periodo del año anterior, pero aglutinan el 61,53% del total de firmas. Es habitual que las empresas recurran a esta modalidad en la época estival -a pesar de las penalizaciones introducidas por la reforma laboral- sin embargo, los contratos de duración determinada han representado más de la mitad de los nuevos acuerdos laborales firmados cada mes desde inicio del año. La proporción mínima fue anotada en el mes de marzo, en el que un 53,18% de los nuevos contratos eran temporales, según los datos compartidos por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. 

El 'número dos' de la cartera, Joaquín Pérez Rey, elige mirar estos datos desde el prisma del avance. La cifra de contratos firmados cada mes -tanto temporales como indefinidos- se reduce cada mes en relación con los años previos a la aprobación de la reforma, pero también respecto a 2022, lo que para el Ministerio es un síntoma de que la norma de 2021 está teniendo efectos positivos. El secretario de Estado suele hacer referencia en las ruedas de prensa sobre los datos de empleo a que hace apenas unos años la temporalidad se situaba en el entorno del 30%, un porcentaje que en los últimos meses se ha reducido a la mitad gracias al tirón del sector privado.

Este valor ha pasado, en consecuencia, a ser homologable con los anotados por las principales economías europeas, como reconocen los investigadores de Fedea José Ignacio Conde-Ruiz y Jesús Lahera Forteza en el estudio 'Retos Futuros del Mercado de Trabajo en España' publicado este lunes, que en contrapartida reprochan que el comportamiento del sector público dista de ser parejo. La Administración afronta un proceso de jubilación masiva de empleados públicos tras un periodo de recortes que ha dejado al sector sin recursos, lo que ha llevado al actual Gobierno a cubrir las vacantes con profesionales interinos hasta que culminen los procesos de oposición en 2025, mientras que la Ley de Función Pública quedó en el tintero por la convocatoria electoral. 

No obstante, los economistas advierten de que la reducción de la temporalidad en el sector privado no tiene por qué acabar con la precariedad. "Hay un segmento de los trabajadores, que a pesar de que su contrato ahora tiene la etiqueta de indefinido, sigue siendo muy precario cuando miramos al número de días trabajados, a su salario, al tipo de jornada y a los elevados periodos de inactividad que presentan", apuntan en el trabajo. La Unión Sindical Obrera (USO) también llamaba la atención sobre este mismo riesgo en su valoración de los datos de empleo. "Unos indefinidos que no permiten bajar el dato del desempleo y que se firman a la par que se destruye afiliación a la Seguridad Social. La estabilidad del indefinido ya no existe", defendían en el comunicado de prensa. 

Entre los "signos" que señalan los actores se aprecia una elevada creación y destrucción diaria de empleos que responden a una alta rotación, intermitencia o discontinuidad en el puesto de trabajo, según apuntan los investigadores. Este fenómeno se hace especialmente notable el primer y último día de cada mes, en los que las afiliaciones a la Seguridad Social varían sustancialmente. El 1 de agosto de 2023 se registraron 73.948 nuevos trabajadores, en cambio, el día 31 se dieron de baja en el sistema otras 263.465. En esta ocasión el balance ha sido negativo, si bien esta pauta de creación-destrucción se ha observado todos los meses, incluso en los que la creación de empleo ha sido especialmente intensa. 

Los secretarios de Trabajo y de Seguridad Social reconocen que la reforma apenas ha tenido efectos en este proceso, más allá de favorecer los contratos fijos y en términos generales reducir el número de bajas de afiliados. El 'número dos' de Escrivá, Borja Suárez, atribuye este fenómeno a las características estacionales de la economía de las que el mercado laboral no se ha desvinculado por completo y a costumbres de tipo social, como es el hábito de contratar en lunes y despedir los viernes. 

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