El gigante asiático ha desembarcado su flota de vehículos en el Viejo Continente con un firme objetivo: darle la vuelta al paradigma. Con una estrategia encabezada por su avanzada producción de vehículos eléctricos, China se ha colado entre los principales proveedores de Europa y España de la mano de marcas como MG, DSFK, BYD, Link & Co o Polestar, cuyos coches se han consolidado ya como una seria alternativa en los catálogos automovilísticos.
La irrupción china en el mercado ha sido un actor clave en el incremento de las importaciones de vehículos en España (22,8%) en el último año, que denota una clara tendencia de los españoles a importar coches de terceros países. Los fabricantes chinos han multiplicado por veinte su volumen de venta en España hasta representar ya un 7,3% de las compras internacionales del país y acumular 1.399 millones de euros en ventas, un 1.905% más que en 2021, según datos de Anfac. No obstante, estas cifras no le han servido para colarse en el top 3 de proveedores que encabeza Alemania, seguido de Francia y República Checa.
A Faconauto la irrupción china no le ha pillado por sorpresa. La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción explica a La Información que la llegada de fabricantes chinos era sólo cuestión de tiempo. "Es un proceso que se ha hecho esperar, pero que tarde o temprano iba a ser una realidad, como ha ocurrido previamente en otros mercados como en Sudamérica donde acaparan ya buena parte del mercado", señalan. No obstante, aseguran que desde el punto de vista de los concesionarios, lejos de ser una "amenaza para abrir nuevos nichos de mercados", este 'boom' de importaciones es una "oportunidad de seguir ampliando el negocio".
La patronal cree que la "competitividad de sus precios" y la "calidad del producto" son los principales factores que debe explotar para que su industria logre posicionarse en un mercado tan competitivo como el europeo. "A su favor tienen una tecnología avanzada, con una mayor autonomía en sus vehículos", destaca como ventaja de estos coches, cuyos argumentos han puesto en jaque a las tradicionales marcas europeas, que ya consideran está irrupción como una amenaza por la fuerza con la que está llamando a las puertas de Europa.
El plan 'verde' de Bruselas abre la puerta a China
No obstante, dejando a un lado los aspectos técnicos, el futuro del éxito de la industria automovilística china podría depender de un factor político. Las demandas europeas sobre la descarbonización de la movilidad están favoreciendo la llegada de esta competencia, en detrimento de la industria europea. La hoja de ruta trazada desde Bruselas obliga a los fabricantes a electrificar su producción y abre las puertas al gigante asiático, que ha fijado el desarrollo del vehículo eléctrico como uno de los principales pilares de su economía.
Tal y como explican fuentes de Anfac a este medio, su principal ventaja competitiva es "el mercado interior", pues se trata de un país con 1.400 millones de habitantes, donde "pueden testar de todo". Además, sus grandes urbes afrontan serios problemas de contaminación, que incentivan la electrificación de sus carreteras. Así consta en un reciente estudio de Moody's, que refleja como China acaparó el 65% de los 8 millones de ventas de vehículos eléctricos de batería (BEV) registradas a nivel mundial durante el ejercicio pasado. Y el futuro parece estar cortado por el mismo patrón, ya que la semana pasada las grandes marcas chinas presentaron sus últimas producciones en el Salón del Automóvil de Shanghái, donde de los más de cien modelos que se presentaron al público, 70 fueron eléctricos.
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