Solo se suman a las medidas para vulnerables

Andbank, March o Triodos quedan fuera del rescate hipotecario a clases medias

Andbank, y su agente hipotecario MyInvestor, Banca March, Banco Mediolanum, Novo Banco o Triodos Bank son algunas de las entidades que no han firmado todavía la adhesión al Código de Buenas Prácticas. 

Nadia Calviño en Moncloa
Andbank o Banca March se quedan fuera del rescate hipotecario a clases medias.
Europa Press

Un puñado de entidades se quedan al margen de la adhesión al Código de Buenas Prácticas que contempla ayudas para los hipotecados de clase media y que entraba en vigor este 1 de enero. Entre ellas, Andbank, y su agente bancario MyInvestor, Banca March, Banco Mediolanum, Novo Banco y Triodos Bank. Estas entidades sí que han firmado el Código de Buenas Prácticas para familias vulnerables, un conjunto de medidas dirigidas a proteger a familias sin recursos durante la pasada crisis financiera, y que se recogía el Real Decreto-Ley de 6/2012 del 9 de marzo. A ellos, hay que añadir Pibank, entidad digital, y Banco Pichincha, que no estaban tampoco adscritas al primero.

Desde Andbank recuerdan que la entidad se dedica principalmente a la gestión de activos y de inversión y que no suelen ser el primer banco de referencia de clientes. Además, señalan que el tipo de perfil de cliente, con un alto poder adquisitivo, estaría fuera de las condiciones recogidas por el Real Decreto. Sin embargo, también desde la entidad reconocen que lo están valorando y recuerdan que se pueden sumar en cualquier momento del año. En estas mismas circunstancias estaría Banca March. Por su parte, MyInvestor explica que al actuar como agente bancario de Andbank dependen de que ellos se adhieran o no.  Además de no contar con un perfil de cliente que defiende el código. “A pesar de ser unas hipotecas muy competitivas, los criterios de riesgo son muy elevados. Por poner un ejemplo, en el caso de la ‘Hipoteca sin Mochila’, requiere unos ingresos mensuales de 4.000 euros”, explican desde el neobanco.

Triodos Bank, que se engloba dentro de la conocida como banca ética, tampoco ha suscrito el Código de Buenas Prácticas destinado a las clases medias, que son aquellos hipotecados con ingresos inferiores a 29.400 euros. En este sentido, la entidad de origen holandesa no requiere de nómina mínima para acceder a su crédito hipotecario, pero sí que la edad para abonarlo no supere los 70 años y que los ingresos del cliente sean suficientes para afrontar los pagos. No obstante, desde la entidad admiten que, aunque aún no se ha adherido, "tenemos intención de hacerlo próximamente, dado que nos alineamos con la aproximación del mismo".

En el caso de Banco Pichincha, la hipoteca tiene como condición unos ingresos mínimos de 1.000 euros si es un solo titular y 1.600 euros, si son dos, por lo que sus hipotecados sí podrían cumplir con los requisitos de ayudas hipotecarias para las clases medias. Desde el sector financiero, explican que las entidades suelen alegar, para no hacerlo, que no tienen apenas clientes en esa tesitura o, que, por tamaño y tipo de cliente, prefieren negociar caso a caso. 

Para la Asociación Hipotecaria Española las familias con ingresos bajos o aquellos que hayan firmado sus hipotecas en el último año serían las más afectados por la subida del Euríbor y, por ende, más proclives a solicitar las ayudas. Sin embargo, también desde la AHE, destacan que todavía no se ha observado un deterioro en la calidad crediticia de las carteras, sino todo lo contrario.

Medidas recogidas para las clases medias

La guerra en Ucrania provocó una escalada de los precios energéticos y de alimentación sin precedentes. Esto desencadenó que la inflación, que en un principio era contemplada como transitoria, adquiriera tintes permanentes y obligara los bancos centrales a intervenir, girando la política monetaria, con agresivas subidas de tipos, que provocó que el Euríbor haya pasado en doce meses de cotizar en el -0,477% a terminar el 2022 en el 3%. Por lo tanto, se trataba de una tormenta perfecta para los deudores hipotecados, que a la menor renta disponible por la inflación, tendrían que destinar también parte de sus ingresos a unas cuotas al alza.

Este incremento de las cuotas hipotecarias lo notaron especialmente los hipotecados que comenzaron a revisar con el Euríbor en septiembre, pero serán las actualizaciones que se hagan con los datos de entre diciembre y marzo cuando el golpe sea demoledor. El motivo es que durante los tres primeros meses del 2022 el Euríbor se movía en niveles negativos, mientras que durante el primer trimestre de 2023 el índice al que se referencian las hipotecas seguirá al alza. En ese sentido, puede haber una diferencia en un año de hasta 377 puntos básicos, lo que implica una subida de las cuotas de casi 300 euros mensuales (3.600 euros al año).

Fruto de esta consecuencia, Gobierno y patronales bancarias revisaron el anterior Código de Buenas Prácticas, de 2012, en el que se establecía una serie de medidas para clientes hipotecarios sin recursos y, paralelamente, se aprobaba un régimen transitorio, con una duración de 24 meses, para clientes de clase media, que se encuentren en una situación de vulnerabilidad precisamente por el impacto de la subida del Euríbor en las cuotas. Podrían acogerse a él aquellos hogares cuya renta sea inferior a los 29.400 euros, con hipotecas firmadas antes del 31 de diciembre de 2022 y que en los cuatro años anteriores hayan incurrido circunstancias que les haya hecho incurrir de vulnerabilidad económica.

En estos casos, los hipotecados con ingresos entre 25.200 y 29.400 euros anuales (3,5 veces el IPREM) pueden optar por varias medidas, que van desde la posibilidad de congelar la cuota durante 12 meses, un tipo de interés menor sobre el principal aplazado y un alargamiento del plazo del préstamos de hasta siete años y cambiar el préstamo de tipo variable a tipo fijo. Asimismo, contemplaba como requerimiento que la cuota hipotecaria sea superior al 30% de los ingresos de la unidad familiar.

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