Una de cal y una de arena en el dato de inflación del mes de marzo. La tasa general de IPC repuntó el mes pasado cuatro décimas hasta el 3,2% interanual tras volver el tipo de IVA de la electricidad al 21%. El Gobierno lo mantuvo reducido durante tres años para hacer frente a los efectos de la crisis energética en la factura de los hogares. Al mismo tiempo, los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron de media al 4,3%, su menor tasa en más de dos años, desde noviembre de 2021.
La cesta de la compra ha sido uno de los principales quebraderos de cabeza para los hogares a lo largo de los dos últimos años y el dato publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirma, ahora, que su tasa se ha reducido más de doce puntos sólo en el último año. Con todo, la tensión se mantiene en algunos productos.
Los aceites y grasas se encarecen aún más del 49% interanual y suben también por encima de la media las frutas frescas (9%), la carne de ovino (8%) y la de cerdo o el pescado fresco y congelado (6,4%), así como las patatas y sus preparados (6,8%). Por el contrario, los precios de las legumbres y las hortalizas frescas caen un 9,2% y los de los cereales y sus derivados se estancan.
En un mes marcado por la Semana Santa, ocio y cultura se encarecieron un 3,8% impulsados por los paquetes turísticos (+23,4% interanual), que subieron más que en marzo del año pasado. Relacionado con esto, subió también con más fuerza el precio de los transportes, al 2,9% tras aumentar los precios de carburantes y lubricantes para vehículos personales, que venían de reducirse en igual mes de hace un año. Estos últimos han ido encareciéndose mes a mes prácticamente desde el inicio del ejercicio, presionando el presupuesto de los hogares.
La inflación subyacente, que excluye de su cálculo la energía de y los alimentos frescos y tiende a reflejar tensiones más estructurales de los precios, continúa por la senda de la moderación al haber pasado del 3,4% de febrero al 3,3% y acumula ya ocho meses consecutivos de moderación.
Los precios subieron el mes pasado en todas las comunidades y ciudades autónomas, aunque con diferente intensidad. Melilla registró la menor subida (del 2,7%), junto con La Rioja (3%), mientras que el repunte más acusado se dio en Extremadura (3,6%) y en Canarias y Galicia (3,5%).
El Gobierno valora de forma positiva los datos. Desde el Ministerio de Economía inciden en que estos siguen reflejando la capacidad de la economía española de compatibilizar el mayor crecimiento económico entre los principales países de la zona euro con una moderación de los precios y el mantenimiento de apoyo a los más vulnerables.
"Sigue mejorando el poder adquisitivo de las familias y la competitividad de las empresas españolas", sostienen. En relación a esto último, la tasa de inflación armonizada (IPC), que es la referencia que Eurostat toma para poder hacer las comparaciones entre países, se situó en el 3,3%, cuatro décimas por encima de la registrada el mes anterior.
El Banco Central Europeo (BCE) va a mirar con lupa los datos de inflación de aquí a verano para decidir si empieza a bajar los tipos de interés, que permanecen en el 4,5% (en máximos de los últimos veintitrés años) desde el pasado mes de septiembre. La entidad, que ve cómo la economía de la región se ha debilitado por la contracción de Alemania y la parálisis de Francia, teme aún que la batalla contra los precios no haya terminado.
