Crisis energética

La peligrosa receta alemana para no pasar frío en invierno: vuelta al lignito

La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha obligado al país germano a buscar estrategias para suplir al gas ruso barato y ha enfriado su apuesta por políticas más ecológicas con la extracción de carbón.

El canciller alemán, Olaf Scholz.
El canciller alemán, Olaf Scholz.
DPA vía Europa Press

Un centenar de pueblos han sido destruidos y cerca de 40.000 personas han tenido que abandonar su hogar en el estado de Renania del Norte-Westfalia desde 1950 debido a la apertura y ampliación de minas de lignito, denuncia la Federación Alemana para el Medio Ambiente y la Conservación (Bund, por sus singlas en alemán). 

La ONG climática ha puesto el foco sobre las últimas políticas del ejecutivo germano, que está volviendo a la extracción del carbón para suplir la falta de suministro de gas ruso este invierno. 

RWE, una de las eléctricas más grandes del país, decidió a finales de septiembre poner en marcha tres centrales de carbón que estaban paradas. La compañía lo justificó con el fin de "fortalecer la seguridad del suministro en Alemania durante la crisis energética y ahorrar gas natural en la generación de electricidad".

Un mes después, el ministro alemán de Economía y Clima, Robert Habeck, anunciaba que dos centrales de lignito de RWE continuarían operando hasta marzo de 2024, lo que supone 15 meses más de lo previsto. Se escudó en lo mismo: asegurar el suministro de energía este invierno ante el cierre del grifo del gas proveniente de Rusia.

Cambian un parque eólico por carbón

La eléctrica alemana también comenzó a desmantelar un pequeño parque eólico en noviembre compuesto por ocho aerogeneradores con el fin agrandar una mina de carbón de lignito.

"Al mismo tiempo, la protección del clima sigue siendo uno de los desafíos clave de nuestro tiempo. RWE apoya a ambos: en la crisis actual, estamos contribuyendo a la seguridad del suministro en Alemania al aumentar temporalmente el uso de nuestras centrales eléctricas de lignito y, por lo tanto, también estamos ayudando a desplazar el gas de la generación de electricidad. Estamos invirtiendo miles de millones de euros para acelerar la transición energética y estamos listos para eliminar el lignito para 2030", defendió la empresa.

El Gobierno alemán -compuesto por socialdemócratas, liberales y ecologistas- y RWE han acordado adelantar de 2038 a 2030 la eliminación del uso de carbón por completo, como una manera de compensar el impacto climático que generará su actual apuesta por el lignito en el contexto actual de crisis energética provocado por la invasión de Rusia a Ucrania

Una encuesta realizada este verano revela que el 56% de los alemanes está a favor de volver a encender las plantas de carbón, en comparación con el 36% que está en contra. En 2o19, un 73% apostaba por terminar con el uso del carbón "lo antes posible".

Récord mundial de consumo de carbón

No obstante, el aumento del uso del carbón no se da solo en Alemania. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que este año el consumo mundial alcance su máximo histórico. Además, advierte que se mantendrán niveles altos hasta 2025 si no se producen mayores esfuerzos para acelerar la transición energética.

En concreto, el informe anual de la AIE sobre el carbón prevé que su uso aumente un 1,2% este ejercicio frente al curso pasado, superando por primera vez los 8.000 millones de toneladas en un solo curso

Respuesta a Putin

Alemania suspendió la certificación del Nord Stream 2 en febrero como represalia a invasión, pese a que podría asegurarse la llegada de 55.000 metros cúbicos de gas anuales. El gasoducto tiene 1.200 kilómetros de longitud que atraviesan el mar Báltico para transportar gas desde Rusia. Se completó en septiembre del año pasado tras una inversión de unos 11.350 millones de dólares. 

Cuando Rusia invadió Ucrania el pasado febrero, Alemania importaba de Moscú más de la mitad de sus necesidades de gas, principalmente a través del gasoducto Nord Stream 1, así como la mitad del carbón mineral y un tercio del crudo.

En junio, la rusa Gazprom redujo en un 50% el flujo de gas por el Nord Stream, aduciendo razones técnicas, y el suministro fue bajando de forma progresiva hasta detenerse por completo a finales de agosto.

En este sentido, Alemania se ha lanzado a buscar otros proveedores. A finales del mes pasado, la compañía estatal catarí QatarEnergy firmó un contrato a largo plazo con la estadounidense ConocoPhillips para que esta suministre dos millones de toneladas anuales de gas natural licuado (GNL) al país germano a partir de 2026 y durante más de 15 años.

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