Abbvie, Johnson&Johnson, Sanofi... 

Las 'farmas' se enfrentan a un agujero de 140.000 millones por pérdida de patentes

Las licencias de algunos medicamentos más vendidos en el mundo se caducarán el próximo año en EEUU, y las empresas ya anticipan el golpe de los genéricos en una industria que ha dejado de vivir de ‘blockbusters’.

Laboratorio de Sanofi Sanofi (Foto de ARCHIVO) 24/4/2020
Las 'farmas' se enfrentan a un agujero de 140.000 millones por perder las patentes.
Sanofi

Las farmacéuticas están a punto de despedirse de la gallina de los huevos de oro. Ante esta situación se encuentra la farmacéutica Abbvie, dueña del medicamento Humira, que ha ostentado el título de medicamento más vendido del mundo durante años, solamente superado por la vacuna contra el Covid-19 de Pfizer en 2020. La patentr del medicamento caducará en Estados Unidos este año y la compañía ya no puede evitar que biosimilares de su producto estrella aparezcan en su mayor mercado. En el mismo escenario se encuentran otros gigantes como Johnson&Johnson, Bayer o Novo Nordisk. En total, la pérdida de patentes supondrá un agujero de 30.000 millones de dólares este año en Estados Unidos.

Y la cifra irá en aumento. Las pérdidas de la exclusividad en el mayor mercado farmacéutico del mundo, Estados Unidos, aumentará hasta 141.000 millones de euros hasta 2027, cifras no vistas hasta ahora con el potencial de generar un terremoto en la industria. De 2018 a 2022, la media anual de pérdidas por liberación de patentes fue de 10.000 millones de dólares; para los próximos seis años, la media ascenderá a 28.200 millones de dólares, según datos de Iqvia Institute.

En Europa, el impacto para los próximos cinco años -Iqvia analiza a los principales mercados (Alemania, Francia, Italia, España y Reino Unido)- será de 31.000 millones de dólares, cifra que supone más que triplicar los 8.900 millones de dólares de entre 2018 y 2022.

El blockbuster de Abbvie, que generó en los nueve primeros meses de 2022 unos ingresos netos mundiales de 15.660 millones de dólares, ya perdió su exclusividad en Europa en 2019 y las ventas fuera de su mercado local han ido descendiendo, avanzando el escenario que se puede encontrar la compañía en su mayor mercado.

Desde la empresa con sede en Illinois (Estados Unidos) aclararon en la presentación de resultados anuales que el grupo dispone de una “base sólida que nos permitirá absorber la pérdida de exclusividad de Humira y volver a un sólido crecimiento de primera línea en 2025 e impulsar un desempeño financiero de primer nivel a largo plazo”.

Otro éxito de ventas es Stelara, de Johnson&Johnoson, que perderá en septiembre la exclusividad en Estados Unidos de su patente de composición de la materia. Stelara reportó a J&J ingresos por valor de 9.723 millones de dólares, de los cuales 6.388 millones de dólares corresponden a Estados Unidos, es decir, el 65,7%.

Un medicamento que también prevé una caída de ventas es Vyvanse de la japonesa Takeda, cuya patente en Estados Unidos expira este año. Se trata de un fármaco estimulante para tratar el Tdah (también conocido como TDA). Este medicamento reportó unos ingresos de 327.000 millones de yenes en 2022 (2.295 millones de euros).

Pocas de las grandes farmas se quedan fuera de esta caída de patentes: Sanofi tiene Aubagio, con ventas de 2.031 millones de euros; Roche tiene Actermra, cuya patente ya ha vencido y anotó ventas de 2.700 millones de francos suizos (2.734 millones de euros), y Jazz tiene a Xyrem, con ventas 1.020 millones de dólares.

Ante el nuevo escenario de crecimiento de genéricos que se avecina en el mercado, las empresas están aumentando su gasto en investigación para encontrar nuevas patentes. En Estados Unidos, aunque el porcentaje de gasto será menor, la cifra absoluta que se invertirá entre 2023 y 2027 (110.000 millones de dólares) superará en un 28% las cifras de los últimos cinco años. En Europa, la cifra también aumentará, hasta 45.000 millones de dólares.

El I+D en la industria se ha posicionado como un imprescindible ante el fin anunciado del llamado modelo blockbuster, basado en productos masivos con una alta capacidad de ventas. Ahora, el farma ha virado hacia un modelo más especializado, con una apuesta más alta por la tecnología, impulsado por el aumento de competencia y la llegada de nuevas modalidades terapéuticas.

Ahora, la búsqueda de las farmacéuticas parece estar enfocada a nichos más reducidos de pacientes y con un catálogo más amplio. Así lo apunta el informe de McKinsey The future of pharma operations strategy, que describe la industria como medicamentos con ciclos de vida más cortos y mucho más fragmentada. Además, apunta que el fin de este modelo ha disparado un 21% la producción de nuevos fármacos.

Otra de las perspectivas que potenciará la inversión en tecnología son los modelos de colaboración entre diferentes actores del sector, añade McKinsey. Tal y como pasó con las vacunas del Covid-19, las empresas optan por asociarse para aumentar la innovación de sus productos. De hecho, con la pandemia, el blockbuster volvió a dominar el mercado con la inversión destinada a una sola enfermedad.

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