Ya superados los dos años de pandemia a causa de la COVID-19, están muy extendidos los síntomas más frecuentes provocados por esta afección, como la fiebre, la tos seca, los dolores de cabeza o la disnea, entre otros.
No obstante, no son muy conocidos los menos recurrentes que afectan a la voz y que pueden dañarla de manera “directa o indirecta”, según indican la especialista en ORL, Ana Machado, y la logofoniatra Judith Wuhl, ambas del Hospital Quirónsalud San José.
Las dos principales patologías de la voz relacionadas con el SARS-CoV-2 son la parálisis o paresias laríngeas unilaterales y el reflujo faringolaríngeo (RFL). La primera provoca que la cuerda afectada pierda su movilidad, lo que acarrea fatiga vocal, pérdida de sensibilidad en la laringe y limitación de la altura tonal en agudos, entre otros efectos.
“El RFL no debe confundirse con el reflujo gastroesofágico, ya que en ese caso no existe ardor ni regurgitación”
Por otro lado, el reflujo faringolaríngeo puede ser provocado por la medicación o por la propia afectación vírica de las glándulas del estómago. No debe confundirse con el reflujo gastroesofágico (RGE), ya que en ese caso no existe regurgitación ni ardor.
Las consecuencias de estas patologías
El reflujo faringolaríngeo está relacionado con la bipedestación y con una posible alteración del esfínter superior del esófago, mientras que el reflujo gastroesofágico se asocia con el decúbito (tumbado hacia arriba) y con alteración del esfínter inferior.
Entre los efectos perjudiciales de estas afecciones encontramos la laringitis aguda inflamatoria específica viral. Cualquier virus puede provocar inflamación de las cuerdas vocales, de forma que se ven enrojecidas, edematosas y se alteran los parámetros de la voz. El cuadro suele ser autolimitado y precisa reposo vocal y antiinflamatorios.
La COVID-19 puede provocar un fallo en el fuelle inicial de la voz, que es el pulmón, por lo que una alteración del parénquima pulmonar y, por tanto, de la respiración, puede conllevar una voz débil, sin fuerza y que puede desembocar en una disfonía funcional por esfuerzo vocal.
“Muchos medicamentos que se usan para superar la COVID-19 pueden resultar perjudiciales para la voz”
Por otro lado, muchos de los medicamentos que se utilizan para mejorar los síntomas que provoca la COVID-19 pueden resultar perjudiciales para la voz a causa de algunos efectos secundarios que acarrean su consumo.
Efectos colaterales
El SARS-CoV-2, más allá de los riesgos que entraña, puede producir molestias y complicaciones derivadas de su tratamiento. Por ejemplo, los corticoides inhalados provocan tos irritativa, hongos y disfonía (alteración de la voz) y la vitamina C ocasiona sequedad de mucosas por su efecto diurético leve.
Por otra parte, los antitusígenos desencadenan sequedad en el tracto respiratorio y los vasoconstrictores descongestionantes hacen que las secreciones sean más viscosas y se dificulte su expulsión, lo que acaba produciendo carraspeo y traumatismo mecánico en las cuerdas.
Además de los efectos nocivos derivados de los medicamentos, las consecuencias sobre la voz también se extienden a las propias molestias que genera la enfermedad. La congestión nasal puede dar lugar a voces nasalizadas que alteran lo que se considera la cavidad de resonancia de la voz. La astenia es una debilidad que afecta a la musculatura de todo el organismo, incluida la laringe.
“La tos y el empleo de las mascarillas pueden provocar complicaciones serias en la voz”
Uno de los efectos más generalizados de la COVID-19 es la tos, que puede derivar en lesiones benignas en las cuerdas vocales como pólipos o nódulos vocales, así como cuadros hemorrágicos y alteraciones funcionales por mal uso vocal. La utilización de las mascarillas también puede afectar a la voz y generar más problemas de los ya existentes.
Consejos para el cuidado de la voz
Aunque el coronavirus ya no entraña el mismo riesgo que en los albores de la pandemia, es necesario poner el foco en un correcto cuidado de las cuerdas vocales. Por ello, se recomiendan lavados nasales frecuentes, hidratación abundante, uso de aceites (ozonizados), vitaminas tales como la E y la A y evitar charlas demasiado largas.
Cuando nos sometemos a una traqueotomía, las intubaciones prologadas y el proceso de readaptación provocan que queden secuelas en la voz por cambios secundarios que se han producido en la musculatura del cuello, por alteración pulmonar o por el desuso del aparato fonador.
Las emociones se expresan a través de nuestra voz y la enfermedad, el aislamiento, los cambios de trabajo o pérdidas de seres queridos nos llevan a estados emociones complicados durante la pandemia que pudieron alterar nuestra voz. Necesitamos un autocontrol emocional para quitar tensiones innecesarias que puedan conllevar rehabilitación y seguimiento.
Para atajar todo este tipo de patologías, el Hospital Quirónsalud San José ha inaugurado una Unidad de la Voz, que ofrecerá pautas para recuperarla lo más rápido posible, planificando un protocolo de entrenamiento por parte de un buen profesional médico y rehabilitador.
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