La pandemia de la Covid-19 sigue en retroceso en Cataluña, donde los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona han debido, en el tercer fin de semana sin toque de queda, volver a desalojar a miles de personas de las calles, para exasperación de los vecinos.
El virus sigue aminorando su marcha gracias al avance de la vacunación, lo cual se percibe en los centros sanitarios: hay 838 personas hospitalizadas -53 menos que las notificadas el viernes, cuando se bajó de las 900 por primera vez en ocho meses- y otros 330 pacientes en UCI -14 menos que la víspera-.
Según los datos actualizados este sábado por el Departamento de Salud, la velocidad de propagación del virus (Rt) ha repuntado dos centésimas y hoy es de 0,78 (es decir, 100 infectados contagian a una media de 78 personas), mientras que la positividad (el porcentaje de PCR y test de antígenos que dan positivo) es del 3,66%, nueve centésimas menos que ayer, por debajo del 5% que la OMS considera el umbral para poder controlar la epidemia.
La buena evolución de la pandemia no ha impedido, sin embargo, la muerte de otras 16 personas (hasta alcanzar las 22.120 defunciones causadas por el virus en Cataluña) y que se haya notificado en las últimas 24 horas el contagio de otras 1.831 personas (hasta las 675.795 infectadas desde el inicio de la pandemia).
El investigador del Grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos (BIOCOMSC) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) Daniel López Codina ha explicado que, estos días, hay "dos fuerzas que estiran", por un lado, la vacunación y, por otro, el relajamiento de las medidas preventivas.
En declaraciones al canal 3/24, Daniel López ha recordado que aún se registran unos 40 muertos por semana a causa de la Covid, en concreto 45 en los últimos siete días. Pero, a pesar de las recomendaciones de científicos y autoridades, son miles las personas que, especialmente los fines de semana, se lanzan a la calle para hacer botellón.
Un total de 3.959 personas han sido desalojadas esta pasada noche de botellones y concentraciones festivas en 31 puntos de Barcelona -1.200 de las playas-, en un operativo conjunto de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra.
Los botellones provocan, además, el enfado de los vecinos. Uno de estos vecinos, Alfonso Gómez, que trabaja en el restaurante Salamanca y vive en el paseo Marítimo, ha explicado a EFE-TV que "el ambiente es insoportable" y ha denunciado a las bicicletas que van por el paseo con la música a "todo volumen".
"No se puede aguantar", "no hay ningún control" y "la Guardia Urbana y los Mossos pasan de todo" son algunas de las quejas de este vecino que denuncia las molestias que representan las concentraciones de centenares de personas.
La Federación de Locales de Ocio Nocturno de Cataluña (FECALON) ha denunciado también los botellones y ha asegurado que los jóvenes, "como dicen sus padres", están "más seguros" en el interior de establecimientos que no en la calle. El secretario general de FECALON, Fernando Martínez, en declaraciones a EFE, ha indicado que desde su entidad avisaron de estos actos, que son "ilegales, no de ocio" y sí de "ingesta abusiva de alcohol".
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