Protestas de enfermeras y técnicos

Torra desata una guerra en la sanidad catalana: bonus de primera y segunda

El sector sanitario catalán reivindica unas retribuciones compensatorias igualitarias y que no discriminen por categoría profesional, sino que valoren el sobreesfuerzo y la exposición al virus.

Hospital Can Ruti de Badalona
Torra desata una guerra en la sanidad catalana: bonus de primera y segunda.
Sietess

"El virus no discrimina, pero las pagas sí". El Decreto ley 24/2020 que aprobó el Govern de la Generalitat de Catalunya el día 16 de junio ha sido, en palabras de José Joaquín Durán, técnico superior en laboratorio clínico y biomédico del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, "la gota que colma el vaso". En el documento se aprueba una paga extraordinaria para el personal sanitario que ha combatido la COVID-19 en Cataluña con diferencias en las retribuciones de hasta 650 euros dependiendo de la categoría profesional y el rango salarial del sanitario en cuestión. La medida, que la Generalitat promovió con el objetivo de gratificar la labor de los profesionales (algo que exigen los de otras CCAA) se le ha vuelto en contra a Torra porque las dotaciones de primera y de segunda que van a recibir los distintos rangos de sanitarios han sido calificadas de "clasistas" e, incluso, han provocado ya protestas que pueden complicarse en las próximas semanas

Desde el día 10 de este mes, cuando se anunció el Decreto, varios sindicatos de enfermeras y de técnicos superiores sanitarios remitieron cartas al departamento de Salud de la Generalitat para que modifique una medida que califican de "discriminatoria e injusta" para gran parte de los profesionales, pero una semana después el 'president' Quim Torra ha ratificado la decisión y eso ha desencadenado un gran malestar entre los colectivos que salen peor parados.

Así las cosas, el personal sanitario que va a recibir un "complemento de productividad extraordinario" –como lo nombra el propio Decreto ley– más alto es el colectivo de facultativos, es decir, los médicos, que van a percibir una paga única de entre 1.000 y 1.300 euros a razón del porcentaje de tiempo que hayan trabajado de forma presencial entre el 1 de marzo y el 31 de mayo. Se trata de una cuantía muy superior a la del último grupo de la escala, en el que, por ejemplo y aunque el documento no lo especifica, se incluirían los auxiliares de enfermería –en primera línea del virus durante gran parte de la pandemia– y que cobrarían una retribución de entre 350 y 450 euros; unas cifras muy similares a las de los técnicos superiores sanitarios, que se embolsarán entre 350 y 500 euros

Queja del sindicato Sietess por la retribución desigual
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"Mientras que un médico está diez minutos con un paciente de Covid, una enfermera o una auxiliar es la encargada de cuidarlo y de pasar tiempo con él", tercia Ester Rodríguez, enfermera en el Servicio de Emergencias Médicas (SEM) y vicepresidenta del sindicato 'Infermeres de Catalunya'. En su caso, el 'bonus' será de entre 800 y 1.150 euros. Sin embargo, Rodríguez critica la medida del Govern porque "no tiene en cuenta la exposición al virus ni el sobreesfuerzo, sino la categoría profesional de los distintos sanitarios" y eso, a su parecer, carece totalmente de sentido. También se queja de que, por ejemplo, "el personal de limpieza encargado de limpiar y desinfectar los 'box' cuando un enfermo era –y es– diagnosticado de Covid" no entre tampoco en la ecuación. Si pertenecen a empresas externas, no van a ver un euro, como tampoco los mecánicos que reparaban los respiradores que se averiaban. Por poner dos ejemplos. 

"Que no nos vuelvan a exponer"

José Joaquín Duran, además de técnico en el Hospital Vall d'Hebron también es secretario de Organización y Territorio del Sindicato Estatal de Técnicos Superiores Sanitarios (Sietess). En conversación con La Información insiste en que el dinero, en este caso, "es lo de menos". Con él coincide Elena García, técnica de laboratorio también en la Vall d'Hebron. Su caso tiene aún más enjundia. Ella se contagió de coronavirus y pasó tres semanas de baja. Hoy ve cómo la Generalitat considera que su labor merece una compensación menor que la de otros colegas sanitarios y, sin embargo, dice: "Si en octubre hay un rebrote, voy a volver a estar ahí la primera". Eso sí: tanto uno como la otra, aun sabiendo que las retribuciones "van a quedar como están pese a las reivindicaciones", exigen que se les tenga en cuenta de cara a lo que haya de venir: "que no se nos vuelva a exponer al virus sin las condiciones de seguridad apropiadas, como pasó en marzo". 

Los técnicos superiores sanitarios son los encargados de hacer las PCR; de realizar las radiografías, que durante la pandemia "se tenían que hacer en la propia cama al lado del paciente con un radiógrafo portátil", según Durán; de practicar las autopsias a los fallecidos y un largo etcétera. Todos ellos están en pie de guerra porque se ven ninguneados por parte de la Administración. "Durante las primeras semanas de la crisis, ni tan siguiera aparecíamos en los protocolos de actuación", desliza. "Se dotó a enfermeras y médicos de mascarillas FFP2 mientras que nosotros teníamos que apañarnos con lo que podíamos". En otras palabras, consideran su situación tan alarmante que en lo último que piensan es en el dinero. "La diferencia entre la compensación de unos y otros", añade Durán, "nos enfada más por la continua discriminación que por otra cosa". El clasismo, según su sindicato, está más que instaurado en el sector clínico y el Decreto ley aprobado por el Govern de la Generalitat no hace otra cosa que gritarlo a los cuatro vientos.

Detalles del Decreto ley 24/2020

Este diario ha tratado de ponerse en contacto con la Conselleria de Salut de la Generalitat con tal de contrastar las opiniones de los distintos sindicatos y profesionales, pero no ha sido posible obtener respuesta. Además de lo ya expuesto, el Decreto ley 24/2020 contempla otros profesionales que también recibirán una compensación económica por su trabajo. Concretamente se trata de los "que hayan prestado servicios a los centros [...] de carácter residencial de gente mayor, discapacitada intelectual y física con motivo de la COVID-19". En este caso, tal y como se señala en el punto 2.2 del articulo segundo del Decreto, tanto los auxiliares de geriatría, como el personal de atención directa a personas con discapacidad, los coordinadores asistenciales o los médicos recibirán una paga de 900 euros; mientras que "otros profesionales" percibirán una de 500 euros. 

En la segunda disposición adicional del documento, se especifica que la convocatoria de "ayuda directa" irá destinada a las "personas trabajadoras de los centros propios con gestión delegada y de los privados de servicios sociales de carácter residencial de gente mayor [...] con financiación total o parcialmente pública", algo que critica Ester Rodríguez, del sindicato de enfermeras, toda vez que "muchos centros de titularidad completamente privada se han expuesto al virus prestando camas y espacios a los centros públicos para acoger a los enfermos en los peores días de la pandemia". Por último, otro punto importante del documento es el que indica que el tiempo que los empleados incluidos en la medida hayan tenido que ausentarse de su puesto por motivos referentes a la COVID-19 (contagio, cercanía con algún enfermo en la familia, etc.) contabilizará como tiempo efectivo de trabajo.

Del aplauso a la protesta

Durante los últimos días, varios colectivos de sanitarios del Hospital de Can Ruti de Badalona, el Vall d'Hebron y el Hospital de Bellvitge (ambos en Barcelona) ya han llevado a cabo protestas no solo por la "discriminación" en el reparto de retribuciones por su labor en la pandemia, sino por "la mala situación en la que se encuentra el colectivo colectivo desde hace décadas", asevera Durán. "Hemos llegado a pensar en utilizar el dinero que nos den para hacer una bolsa de resistencia", es decir, usarlo para llevar a cabo acciones en un futuro si la situación no cambia, habida cuenta de que se trata de un colectivo de profesionales a los que han suprimido varias pagas en los últimos años. Por todo ello, se esperan tiempos de reivindicaciones en los hospitales catalanes.

Desde el sindicato de enfermeras de Cataluña se centran en dos peticiones con respecto al Decreto, aunque saben que, una vez ratificado, es muy difícil que nada cambie. Por un lado, "rechazan que se determine la diferencia en la retribución atendiendo a la categoría profesional". Por otro, exigen que "no se deje de lado al personal de las residencias privadas". Sus peticiones, no obstante, no acaban ahí. Piden al Govern que no se limite a establecer medidas extraordinarias, sino que promueva un "plus de peligrosidad" no solo durante esta crisis, sino de forma permanente para todos los sanitarios, independientemente de su categoría profesional y rango salarial. 

Nadie como los sanitarios sabe qué tipo de relación de retribuciones hubiera sido más adecuada a lo que se ha vivido durante la pandemia. Todos los afectados a los que ha consultado este diario no piden otra cosa que igualdad en el complemento salarial que ha aprobado la Generalitat. Sin embargo, eso es algo que parece muy lejos. Ester Rodríguez lamenta que no se cuente con sus opiniones a la hora de elaborar ese tipo de documentos y se siga alimentando el clasismo dentro de los hospitales. "Quien se ha puesto un EPI; o quien ha tenido que limpiar los excrementos de un enfermo de un 'box' y después desinfectarlo, como han hecho las limpiadoras, sabe que esa distribución de las pagas no tiene sentido", concluye. La Generalitat, por el momento, no ha dado muestras de plantearse ningún tipo de cambio. 

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