Carrera contra un virus

Médicos sin homologación, 'profes' sin máster... vuelven los atajos por la Covid

Como en primavera, el Gobierno central y las autoridades regionales han retomado el lenguaje bélico para avalar una flexibilización del sistema público. 

Salvador Illa, ministro de Sanidad
Médicos sin homologación, 'profes' sin máster... vuelven los atajos por la Covid
EFE

La presión de una curva en remontada ha vuelto a poner sobre la mesa esas reformas 'exprés' que la Covid convirtió en tendencia. Primero los médicos y ahora los profesores. El Gobierno y las CCAA han pasado de soslayo por esos 'atajos' que ayudarán a parchear las grietas de un sistema que ha vuelto a quedar en evidencia en la segunda ola. Madrid pidió este miércoles el aval del Ejecutivo central para 'fichar' a 300 médicos extracomunitarios, de los que contrató "excepcionalmente" durante el estado de alarma. Apenas 24 horas después, la titular de Educación, Isabel Celaá, volvía a 'echar mano' de la excepcionalidad para respaldar la contratación de docentes sin el máster habilitante. Como entonces, todo vale contra el virus. 

Ya lo advirtió a principios de semana el ministro de Sanidad, Salvador Illa: "No podemos descartar ningún escenario". El jueves, España dejó atrás la barrera de los 700.000 positivos, ingresó a 1.310 infectados y registró 500 decesos en una semana. Que "los números ya no significan lo mismo que en marzo o abril", se ha convertido en el mantra de las mismas autoridades que ya admiten que el país vive una "situación excepcional", paraguas que avala estos refuerzos que, en otras circunstancias, no habrían entrado en el sistema público de Sanidad y Educación.  

Madrid dio el primer paso. El lunes, la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, preparó el terreno: "Faltan médicos y enfermeros. No hay médicos en España, no nos podemos engañar". El vicepresidente, Ignacio Aguado, lanzó un SOS al Gobierno central: una reforma 'in extremis' de la normativa para incorporar a la red madrileña 300 médicos extracomunitarios -de fuera de la UE-, de aquellos que ya contrató para aplacar el primer tsunami. Madrid señaló directamente a las "restricciones estatales" y pidió a Pedro Sánchez acabar con el "tapón" burocrático. La escena que dibujó Aguado es terreno conocido para el líder socialista. 

La 'Orden SND/232/2020, de 15 de marzo', abrió la veda a la contratación de refuerzos para doblegar una curva que, el día que entró en vigor, dejó 129 muertes en toda España y 79 en Madrid. Este jueves 24 de septiembre, la columna de defunciones diarias sumó 84 y 43 fallecidos, respectivamente. Como entonces, la capital acapara cerca de la mitad de las víctimas mortales del SARS-CoV-2. También sufre los peores datos de saturación hospitalaria, con cerca del 40% de sus camas de críticos ocupadas por enfermos de la Covid-19. Los confinamientos no son suficientes para frenar al virus.

Madrid exige urgencia. Aguado insistió en que las medidas -entre las que se contaba un despliegue policial y militar- debían estar operativas desde el próximo lunes 28. La Comunidad lo describió como una cuestión de vida o muerte. El Ejecutivo tendrá que decidir cuánto abrirá la mano con estas contrataciones. Durante el estado de alarma, el titular de Sanidad, en cuyos hombros recayó las decisiones propias del mando único, habilitó a las CCAA para incorporar a sus plantillas a todo aquel que pudiera ceñirse una bata blanca. Desde sanitarios jubilados, hasta estudiantes en su último año de formación... incluso pudieron forzar el retorno de aquellos residentes que se encontraran rotando fuera de sus fronteras. 

La curva presiona y los profesionales también. El cansancio y la saturación pesa sobre unas plantillas que denuncian la falta de planificación de un lado a otro del país. Hacienda ingresó en la hucha de las CCAA el primer tramo del 'Fondo Covid-19', destinado a blindar la Sanidad. Hasta 6.000 millones, a fondo perdido, que se dividieron en función de parámetros tales como la incidencia o la presión en las UCI. Madrid recibió 1.495 millones. 

No es la única región que mira a esa contratación "excepcional". Andalucía tardó apenas 24 horas en seguir la estela madrileña. El consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre, anunció ayer que la región sumaría en un futuro cercano a profesionales formados más allá de Europa, con título homologado para hacer frente a la segunda onda del virus. El colapso de la Atención Primaria y el desbordamiento en los análisis de las PCR, son dos de los escollos que se pretenden salvar con este giro. Este jueves, la región incorporó doce muertes al total. El 15 de marzo, registró cuatro. 

Las CCAA transitaron por los meses de junio y julio insistiendo en que sus protocolos eran sólidos. En agosto llegó el tsunami e impactó con más fuerza de la esperada... antes de lo esperado. Los contagios sobrepasaron a unas administraciones que, en casos como el de Madrid o Andalucía, no habían sellado los refuerzos apalabrados. Con la vuelta al cole en el punto de mira, apenas dos semanas de curso presencial dejaron al descubierto los flecos sueltos de los planes de contingencia sellados a última hora. 

Sin plantillas suficientes, la distancia de un metro y medio entre estudiantes es una misión imposible. Los primeros brotes han aflorado a pie de pupitre, obligando a clausurar 2.852 aulas en todo el país. Los cierres implican bajas, al menos, durante los diez días reglamentarios -desde la última rebaja de las cuarentenas aprobadas por Sanidad-, para descartar que el docente esté contagiado. El conteo es sencillo, si hay casi 3.000 aulas cerradas, la cifra de docentes en aislamiento deja un agujero que, en poco tiempo, podría hacer insostenible la presencialidad, incluso, poner en jaque la modalidad online. Como entre camillas, entre pupitres la urgencia manda. 

Frente a la contundencia de Illa, una de cal y otra de arena, Fernando Simón aseguró este lunes que la segunda ola "no tendrá tanto impacto como la primera". Si en primavera atisbábamos la punta del iceberg, ahora la radiografía es casi completa. Con todo, la previsión y la planificación han encallado. Sin prisa, pero sin pausa, el 'bicho' ha ido ganando terreno desde los primeros rebrotes y, esta vez, hemos sido testigos de sus efectos, fotograma a fotograma. Algunas CCAA ya optaron por rastreadores militares o voluntarios. Sanitarios y profesores son solo un paso más en esa nueva normalidad a bajo coste que hace tiempo dejó de ser "excepcional".

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