La Audiencia Provincial de Madrid ha ratificado la condena al Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) por el retraso a la hora de diagnosticar un melanoma a un niño que murió con 8 años, aunque ha rebajado la indemnización que deberá pagar la aseguradora a 98.400 euros más intereses.
La sentencia, fechada el pasado noviembre y hecha pública este miércoles por la asociación El Defensor del Paciente, confirma que la detección precoz en febrero de 2015 del melanoma habría sido "muy determinante" para aumentar las posibilidades de supervivencia del niño, pero no las garantizaba plenamente, por lo que se rebaja la indemnización de 123.000 que había fijado un juzgado de primera instancia.
El niño, Izan, había nacido en agosto de 2007 con una lesión cutánea denominada "nevus melanocítico congénito gigante" y fue intervenido hasta en ocho ocasiones entre 2008 y 2011. A lo largo de los años fue sometido a distintas pruebas ante sucesivas infecciones respiratorias y en 2015, diagnosticado de neumonía, fue tratado en el Hospital de Fuenlabrada y en el Doce de Octubre en varias ocasiones, pero no se le realizó un TAC hasta el mes de julio.
Fue entonces cuando se detectó "una enfermedad tumoral diseminada de probable origen pulmonar con metástasis óseas y metástasis hepáticas". El juzgado de instrucción concluyó que en la atención médica hubo una "insuficiencia" de medios, especialmente de naturaleza radiodiagnóstica por imagen; y estimó que la dolencia congénita que padecía el niño y los antecedente familiares debieron alertar a los facultativos sobre la posible evolución fatal de la enfermedad.
El perito nombrado por el juzgado determinó que si se le hubiera realizado cinco meses antes un TAC torácico habría mejorado sensiblemente el pronóstico del enfermo.
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